martes, 15 de octubre de 2019

La alienación y la libertad (1961)



La alienación y la libertad (1961)

Karel Kosík [*]


La discusión sobre Marx y Hegel, en que una de las figuras tras 1945 se ha vuelto la cuestión de si la alienación era inseparable de la objetivación, ha llegado en cierto sentido a un callejón sin salida. Todos los participantes  a c t i v o s  de la discusión, marxistas y no marxistas, están de acuerdo en que la noción de alienación es una categoría central de la filosofía de Marx, pero el estancamiento de la discusión parece tener su origen precisamente en la concepción  a b s t r a c t a  de esta categoría, y, por lo tanto, en la conducción unilateral de la polémica. 

La alienación puede ser considerada como categoría central de la filosofía marxista naturalmente suponiendo que será comprendida en toda su concreción, en toda su riqueza y en toda su complejidad y que no será reducida a tal o cual aspecto parcial. “La inversión del sujeto en objeto y viceversa”, tal es la expresión general del proceso de alienación en su esencia y en las dos esferas, material y espiritual. Los productos materiales y espirituales del hombre, la técnica, la civilización, las relaciones sociales, las ideas se liberan del hombre, s u j e t o activo, adquieren la independencia y el dominio, se oponen a él como fuerzas autónomas. El sujeto, el hombre social en toda su totalidad como ser que se produce en sociedad, activo, pensante, sintiente, este creador real del mundo social objetivo y de la cultura es degradado en las relaciones  a l i e n a d a s  a un producto de los resultados de su propia actividad. Pese a ello las creaciones mismas surgen contra los hombres con un poder extraño hostil por la sola razón de que la comunidad de hombres ha sido  d e s t r u i d a; en efecto, esto que surge contra el hombre como una fuerza autónoma, no son fuerzas sobrenaturales y extra-sociales, sino relaciones sociales  o b j e t i v a s, que se formaron a  e s p a l d a s  de los hombres y que se liberaron de sus creadores, hombres-átomos. La inter-conexión de estos átomos humanos se hizo valer como una fuerza extraña y un poder independiente y, por tanto, no se realiza directa y claramente, sino por un desvío y bajo una forma ilusoria. 

La alienación se realiza bajo diferentes formas que son la expresión histórica de sus aspectos parciales. Es de este lado que la alienación no ha recibido suficiente atención, si bien es justamente aquí donde puede estudiarse la contribución teorética del marxismo. Marx, por ejemplo, examina dos aspectos importantes de la alienación: el problema del romanticismo y el de la tragedia. En este sentido, no se trata naturalmente de un cierto movimiento literario, sino de un hecho socio-histórico, de uno de los aspectos concretos de la alienación como realidad social. Sólo el advenimiento del capitalismo ha creado las condiciones para la realización y el desarrollo múltiple de los individuos, pues solamente en esta época los individuos entran en relaciones multilaterales y universales entre sí, si bien esta conexión universal es independiente de los individuos y actúa como alienación. En el cuadro de formaciones pre-capitalistas, el individuo parece ser más completo, porque todavía no ha diferenciado y elaborado todas sus relaciones, que bajo el capitalismo se oponen al individuo como fuerzas sociales independientes. El individuo que, como resultado de la producción de mercancías, es desarraigado de la comunidad patriarcal primitiva, siente su nueva posición como desarraigo, alienación o como dijo Marx: vacío (Entleerung). La aspiración a una plenitud primitiva imaginaria, que constituye el contenido del romanticismo, no es sino el otro lado de la alienación y del vacío burgués, no es otra cosa que una compensación de las relaciones comunes perdidas. Sobre esta base “la elaboración total del interior humano aparece como un vacío absoluto”, pues el sujeto extremadamente desarrollado padece el conocimiento de que su sustancia, su esencia humana, su carácter en tanto que hombre social existe con  e x t e r i o r i d a d  de él, independientemente de él. Este es el inicio del proceso  c o n s c i e n t e  de la transformación de la sustancia en sujeto, es decir del proceso durante el cual el sujeto se  a p r o p i a  progresivamente de su libertad. 

Otro aspecto concreto de la alienación que podríamos analizar al menos brevemente, como hemos hecho con el problema del romanticismo, es aquel de lo trágico en la historia, la inversión recíproca de los medios y el fin, cuestión de la falsa conciencia, la de la apropiación particular de los intereses, etc. En este contexto solamente queremos hacer entender que la teoría marxista de la alienación considera la alienación sobre la base de la propiedad capitalista como  s i s t e m a  de alienación que se difunde en  t o d a s  las esferas de la vida social. 

La transformación de la sustancia en sujeto o bien la realización de la libertad constituye un proceso  r e a l  h i s t ó r i c o. La alienación no es un estado, sino un período históricamente  t r a n s i t o r i o, una etapa histórica que la humanidad atraviesa. Es cierto que este proceso se efectúa de forma contradictoria, pues de una parte opera la destrucción del hombre y de otra parte engendra las condiciones para superar el  s i s t e m a  t o t a l  de la alienación, pero estos polos no son homogéneos. En el primer caso, se trata de un proceso que se realiza en la independencia de la consciencia de los hombres, mientras que en el otro caso es una actividad consciente y orientada a un objetivo determinado. 

La breve mención de estas conexiones concretas nos permite abordar bajo otro ángulo la afirmación de que la alienación es inseparable de la objetivación y hacer la siguiente pregunta: ¿en todas las etapas de la historia humana el desarrollo superior de la individualidad será sangrado por un proceso histórico en el cual los individuos serán sacrificados? ¿En todas las etapas de la evolución la consciencia humana sufrirá la “aflicción de la razón” que reconoce la diferencia extrema entre las cumbres del conocimiento intelectual y el subsuelo de la existencia humana? ¿El verdadero conocimiento permanecerá siempre el privilegio de la minoría mientras la mayoría será arrojada por las formas y las variedades más diversas de la falsa consciencia? El proceso social revolucionario, previsto por Marx, debe abolir a medida que avanza el  s i s t e m a  de la alienación, lo que no excluye naturalmente la posibilidad y la existencia de diferentes formas de alienación especialmente en  d u r a n t e  este proceso. 

Marx distingue tres formas históricas de relaciones humanas desde el punto de vista de la libertad del individuo: 1) período de dependencia personal, en el cual la fuerza de los lazos  n a t u r a l e s  elementales sociales une a los individuos (patriarcalismo, antigüedad, feudalismo); 2) período de independencia personal, fundado sobre una dependencia material (este período es un sistema en el seno del cual no comienza más que a formarse el intercambio general social de materiales, relaciones universales, necesidades múltiples y la riqueza universal); 3) esta fase es simultáneamente una preparación del tercer período, donde la individualidad libre es fundada sobre la evolución universal de individuos que se sujetan la productividad social como su propia riqueza social. 

La transformación de la substancia en sujeto es una apropiación histórica de la riqueza social por el sujeto social, por el hombre. Este proceso constituye el del enriquecimiento del sujeto que se apropia de su mundo social mediante una actividad social y, luego, mediante la transformación del mundo objetivo mismo al hacerlo más humano y librarlo de su forma alienada. Está claro para Rousseau y Hegel que la realización de la libertad es inseparable de la superación de la atomización de la sociedad y, por lo tanto, del Estado, en el cual el individuo es en apariencia libre y en realidad un átomo dependiente por todos lados y en el cual la dependencia y la no-libertad del individuo consisten en su aislamiento. Es sobre esta base que tienen origen las utopías republicanas de Rousseau y los sueños adolescentes de Hegel del renacimiento de la polis griega. La idea de Marx de la Comuna y la concepción de Lenin de los Soviets forman una continuación dialéctica de esta corriente, mientras que naturalmente estas últimas formas sociales han eliminado las deficiencias, las contradicciones y el utopismo de las concepciones precedentes: estas comunidades son consideradas como nueva organización de relaciones humanas comunes, tomando el surgimiento de la propiedad colectiva de los medios de producción. Punto de supresión del individuo y de la contradicción renovada de tal o cual manera entre el individuo impotente y el Estado omnipotente, pero libertad del individuo que en esta comunidad se vuelve poderoso y se realiza, pues el individuo no es un átomo que ha perdido la capacidad de ver la totalidad, sino la individualidad desarrollada y consciente que supera su unilateralidad individual por el hecho de poseer una visión de la  t o t a l i d a d  y de tener cuidado de la totalidad.

Na prikope 29, 
Praga (Checoslovaquia)



[*] El texto proviene originalmente de una ponencia presentada por Kosík en el XII Congreso Internacional de Filosofía, celebrado en Venecia en septiembre de 1958. En 1961 sería publicado, en francés, en las Atti del Congreso, vol. VII, págs. 251-255. A partir de esta fuente ha sido realizada la traducción al castellano, de Gerard Marín Plana.