lunes, 18 de octubre de 2021

Sobre la burocracia, esta vez polémicamente (1957)




Sobre la burocracia, esta vez polémicamente (1957)

Karel Kosík [*]


Al final, resultó que la obra periodística de Havlicek no era un utillaje obsoleto, sino una cosa viva que puede intervenir en las disputas ideológicas actuales.

En el último número de Tvorba, Jaroslav Sedlák inició una discusión sobre el aparato de estado y el estilo burocrático de trabajo bajo el socialismo polemizando con la opinión de Havliček sobre la burocracia. ¿Tenía razón Havliček cuando distinguió entre burocracia y funcionariado? Jaroslav Sedlák lo duda. La decencia requiere que primero cedamos la palabra a ambas partes y juzguemos su confrontación, lo cual es correcto. Havliček dice sobre la burocracia: "La burocracia es un modo antinatural de gobernar en la que las autoridades interfieren en toda la vida cívica, lo prescriben todo a los ciudadanos, no les dejan libre albedrío ni autogobierno, es un modo de gobierno en el que, como dice Andriani, ni siquiera un gorrión puede caer del tejado sin que se informe de ello al ministerio, es un modo de gobierno en el que desde el gabinete del ministro, ya sea por telégrafo o por correo postal, se prescribe el camino para moverse a cualquier país." Frente a esta concepción burocrático-centralista del gobierno burgués, Havliček coloca una forma democrática, que se basa en la autonomía de los municipios, en el control eficaz del funcionariado por parte de la ciudadanía. Havliček creía que "ejercer la administración estatal de los capitalistas y en el espíritu de la ley burguesa" es posible burocráticamente o no burocráticamente, de manera democrática. Por otro lado, Jaroslav Sedlák opina que el estado burgués sólo puede administrarse burocráticamente y que, por lo tanto, hay una característica de la burocracia que no se diferencia del estado burgués. Según Sedlák, es un signo fundamental de la burocracia que se "dirija contra la gente y sus intereses reales". Sin embargo, dado que todo estado burgués tiene este rasgo, en la concepción de Sedlák se confunden estado y aparato de estado, burocracia y estado burgués se superponen indistinguiblemente. Sin embargo, si Sedlák fuera consecuente, tendría que añadir que su posición no sólo difiere de la de Havliček, sino también de la de Marx y Lenin. Todo marxista educado sabe que la doctrina de Marx sobre las formas pacíficas y violentas de la revolución socialista se basó en la distinción entre dos tipos de estados burgueses: el burocrático, en el que la revolución proletaria estará necesariamente asociada a la violenta dispersión de la maquinaria estatal, y el democrático, no burocrático, en el que la revolución socialista puede avanzar de manera pacífica. Lenin demostró que esta distinción de Marx perdió su validez con el advenimiento del imperialismo, cuando todos los estados burgueses -incluso aquellos que en el siglo XIX no tenían un aparato de estado burocratizado- se volvieron imperialista-burocráticos y militaristas.

La concepción de la burocracia de Lenin está elaborada más detalladamente en "El Estado y la Revolución". Lenin caracteriza los burócratas como gente separada de las masas, situada por encima de las masas, como personas privilegiadas.

La concepción de la burocracia de Sedlák adolece de contradicciones internas. De la caracterización de la burocracia de Sedlák ("dirigida contra la gente y sus intereses reales") se desprende que todo estado burgués debe ser automáticamente burocrático, y, a la inversa, que todo estado socialista es ya no burocrático de antemano. Sin embargo, si Sedlák afirmó que en los últimos años, por ejemplo, en Checoslovaquia "todo el aparato", el "estilo general de trabajo" se vio afectado por deficiencias burocráticas, está enteramente en el espíritu de su razonamiento concluir que si el aparato se vio afectado por deficiencias burocráticas, debe haber sido antipopular. Sin embargo, Jaroslav Sedlák se opone a esta conclusión y enfatiza que incluso en el período de tendencias burocráticas el aparato estatal aseguró las tareas del socialismo.

Para salvar de algún modo la contradicción interna en su concepción, Sedlák traza una marcada línea divisoria entre la burocracia, que existe sólo bajo el capitalismo, y el burocratismo como sistema de trabajo, que también es posible bajo el socialismo. Pero los portadores de todo sistema de trabajo son las personas. Un sistema burocrático de trabajo no es concebible sin gente, sin burócratas. Si Sedlák dice que en el socialismo sólo existen burócratas individuales, entonces ¿qué poder milagroso debía atribuirles, para que como  i n d i v i d u o s  pudieran afectar a  t o d o  el aparato con su sistema burocrático de trabajo?

Según Sedlák, de las condiciones objetivas del socialismo surge sólo la posibilidad de la burocracia. Esta posibilidad se vuelve realidad cuando los actores dirigentes cometen ciertos errores subjetivos. En el socialismo, el burocratismo se transforma de posibilidad en realidad -como Sedlák enfatiza varias veces- si no se examinan las contradicciones del socialismo, si prevalece el subjetivismo del pensamiento. La reflexión fundamental del pensamiento de Sedlák es la opinión de que el burocratismo como realidad es una creación del pensamiento subjetivo en el socialismo. Si Jaroslav Sedlák reflexiona como filósofo, no reconoce el burocratismo como realidad, sino sólo como posibilidad, y por lo tanto también puede eludir las obligaciones de la teoría con la realidad, es decir, con el examen, el análisis, la investigación.

En algunos lugares, en sus artículos Jaroslav Sédlak abandona su posición filosófica, es decir, no reflexiona en categorías de posibilidad, necesidad, fatalismo, sino que se vuelve un observador normal, y no puede escapar de esta perspectiva no filosófica de que también en el socialismo existe el burocratismo. Así, si reflexiona como filósofo, no reconoce la burocracia como un hecho y evita cualquier análisis filosófico. Si reflexiona como no filósofo y acepta el burocratismo en la realidad, permanece en la superficie como observador empírico y su análisis del burócrata es unilateral.

Sedlák propone tres medidas principales para eliminar el burocratismo: 1. establecer las relaciones correctas dentro del aparato, 2. mantener la relación correcta entre el pueblo y el aparato, 3. Retroacción del pueblo sobre el aparato de estado. En los tres casos, el aparato actúa como un eje alrededor del cual gira toda la lucha contra el burocratismo.

En la concepción de Sedlák, el aparato es el sujeto de todos los acontecimientos, es la principal fuerza activa del movimiento socialista y, por lo tanto, también el factor decisivo en la lucha contra el burocratismo: ¿Quién establece las relaciones correctas dentro del aparato? El aparato. ¿Quién mantiene la relación correcta entre el pueblo y el aparato? El aparato. ¿Quién atrae a las masas para que participen activamente en la administración del Estado? El aparato. Jaroslav Sedlák se dejó llevar tanto por el tema y el objeto de su artículo que elevó el aparato a componente fundamental y decisivo del factor subjetivo en el socialismo.

El aparato, el partido y el Estado tienen un gran papel en la construcción del socialismo. Sin embargo, así como no es posible reducir el partido comunista al aparato del partido y los trabajadores del estado al aparato de estado, tampoco es posible reducir el factor subjetivo del progreso social al aparato, a la actuación y funcionamiento del aparato. El aparato es parte de este factor subjetivo, es una parte subordinada del partido y su liderazgo político, es una parte subordinada de la clase obrera como líder de la fuerza constructora socialista.

Por lo tanto, si juzgamos a Jaroslav Sedlák en unidad, como filósofo y como observador al mismo tiempo, llegamos a la conclusión de que conoce el factor subjetivo en el socialismo sólo como pensamiento (comprensión) y aparato. Según su concepción, la fuerza decisiva en la eliminación de la burocracia no es el complejo movimiento sociopolítico de la clase, el pueblo, los trabajadores, dirigido por el partido y alumbrado por la teoría marxista, sino el pensamiento y el aparato. Según esta opinión vulgar y unilateral, sin embargo, la lucha real contra el burocratismo, que es inseparable del proceso social en el que nuestro pueblo lleva a cabo la línea de la conferencia nacional del Partido Comunista -la construcción del socialismo y la profundización de la democracia socialista-, sale a la luz como falsa.


[*] Texto publicado originalmente en checo como "O byrokracii, tentokrát polemicky", en Literární noviny, n. 24, 1957. Pág. 6. La traducción al castellano, provisional, es de Gerard Marín Plana.