lunes, 18 de julio de 2022

Revolución democrática burguesa (1949)

Revolución democrática burguesa (1949)

Karel Kosík [*]



La doctrina marxista-leninista de la revolución se basa en el punto de vista de que el paso de un orden socioeconómico a otro, superior, sólo es posible por vía revolucionaria. Revolución significa la toma del poder estatal por una nueva clase y un cambio fundamental en las condiciones de producción. El tipo o carácter de la revolución depende de qué clase o unión de clases tome el poder estatal y de qué medidas político-económicas implemente: si prepara y allana el camino para el desarrollo más rápido del capitalismo o si socava sus fundamentos y lo liquida.

Sin embargo, las revoluciones de un tipo pueden diferir entre sí en una forma determinada por las condiciones históricas específicas bajo las cuales tiene lugar tal tipo de revolución. Esto se aplica no sólo a las revoluciones socialistas que, como muestra la experiencia histórica, han tenido lugar hasta ahora en la forma de la revolución socialista soviética en Rusia y en la forma de las revoluciones democráticas nacionales en los países de democracia popular, sino también en las revoluciones burguesas.

Existen diferencias de forma entre las revoluciones burguesas inglesa de 1648 y francesa de 1789, por un lado, y las revoluciones rusas de 1905 y febrero de 1917, que resultaron de los distintos grados de desarrollo de la lucha de clases. Un rasgo característico de las llamadas revoluciones burguesas clásicas (1648 y 1789) es el hecho de que 1. tienen lugar en un período de lucha de clases subdesarrollada entre el proletariado y la burguesía, 2. su verdadero líder es la burguesía, 3. la burguesía une en torno a sí a los trabajadores de las ciudades y el campo en la lucha contra la monarquía absoluta.

Sin embargo, la situación cambia significativamente desde el momento en que el proletariado entra en escena en la historia mundial como una fuerza política independiente, cuyos intereses de clase están en total contradicción con el capitalismo y la burguesía dominante. "En cierto punto -que puede no ocurrrir en todas partes al mismo tiempo y en la misma etapa de desarrollo- la burguesía se da cuenta de que su doble proletario la está rebasando. A partir de este momento, pierde su poder para establecer un gobierno político exclusivo; busca aliados a su alrededor con los que -según las circunstancias- compartir su dominio [...] Estos aliados son generalmente de carácter reaccionario." (Engels [1])

La aparición del proletariado como fuerza política independiente en los países atrasados que aún no han puesto fin al feudalismo y han entrado en la vía del desarrollo capitalista sin perturbaciones no puede permanecer sin influencia en el curso y las formas de la revolución burguesa. La burguesía de esos países no puede ponerse a la cabeza de la revolución y ponerle fin, porque tiene miedo de cualquier levantamiento revolucionario más amplio de las masas. -Y por otra parte, llevar a cabo la revolución democrática burguesa sólo es posible gracias a la inciativa revolucionaria de las masas. En este período, es beneficioso para la burguesía "apoyarse en algunos remanentes del antiguo régimen contra el proletariado, por ejemplo, la monarquía, el ejército permanente, etc." (Lenin, Dos tácticas) La única conclusión que se sigue de esto es que en el período de la lucha de clases desarrollada, y especialmente en el período del imperialismo, sólo el proletariado puede estar a la cabeza de la revolución democrática burguesa y llevarla a un final victorioso.

Este fue también el caso de la revolución democrática burguesa en Rusia en 1905. Esta revolución fue de tipo burgués, ya que no subvirtió los fundamentos del capitalismo, sino que, por el contrario, allanó el camino para su desarrollo más rápido. Sin embargo, en la forma esta revolución se diferenció de todas las anteriores en que fue dirigida por el proletariado, en que las masas trabajadoras se unieron bajo la dirección no de la burguesía sino del proletariado en la lucha contra la monarquía absoluta y el feudalismo. "La particularidad de la Revolución Rusa de 1905 -escribió Lenin- radica en el hecho de que su contenido social fue democrático burgués, pero los medios de lucha fueron proletarios. Era democrático burgués, porque la meta a la que aspiraba de inmediato y podía lograr por sus propios esfuerzos era una república democrática, la jornada laboral de ocho horas, la confiscación de las vastas haciendas nobiliarias -todas las medidas que la Revolución burguesa en Francia llevó a cabo casi en su totalidad en 1792 y 1793.

Al mismo tiempo, la Revolución Rusa fue proletaria no sólo porque el proletariado era la fuerza dirigente, la vanguardia del movimiento, sino también en el sentido de que un medio de lucha específicamente proletario, a saber, la huelga, fue el medio principal para movilizar a las masas y el fenómeno más característico en la creciente avalancha de acontecimientos decisivos" (Lenin [2]).

Lenin justificó su brillante idea de que el proletariado puede y tiene que ser el líder de la revolución democrática-burguesa en el libro Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática. Esta táctica bolchevique de la revolución democrática burguesa en el período del imperialismo tuvo que abrirse camino luchando contra las opiniones oportunistas de los mencheviques. Los mencheviques, que sustituyeron el examen concreto de las condiciones históricas por el recurso a lecciones abstractas, declararon que, si había una revolución burguesa en Rusia, debía ser liderada por la burguesía y el proletariado debía limitarse al papel de mero ayudante de la burguesía.

Sin embargo, Lenin demostró que en este período sólo el proletariado puede poner fin a la revolución democrática burguesa y acabar definitivamente con el feudalismo, porque "para la revolución la burguesía es inconsecuente, egoísta, cobarde. La burguesía en masa inevitablemente se pondrá del lado de la contrarrevolución, del lado de la autocracia contra la revolución, contra el pueblo, tan pronto como sean satisfechos sus estrechos intereses egoístas" (Dos tácticas). La realización consecuente de la revolución democrática burguesa y de las libertades democráticas garantiza al proletariado que podrá prepararse mejor y más libremente para su misión histórica -el derrocamiento del capitalismo. Cuanto más a fondo el proletariado lleve a cabo la revolución democrática burguesa bajo su dirección, cuanto más firmemente ligue a sí las masas trabajadoras durante esta revolución, cuanto más ventajosa posición adquiera como fruto de la victoria de esta revolución, tanto más efectivamente debilitará a su archienemigo -la burguesía-, tanto más fácil será la transición a la revolución socialista.

La victoria definitiva sobre la monarquía absoluta y el feudalismo sólo será asegurada con el establecimiento de una dictadura democrática revolucionaria del proletariado y el campesinado como órgano de la revolución democrática burguesa victoriosa. La tarea de la dictadura democrática revolucionaria del proletariado y el campesinado, apoyada en la insurrección popular, es llevar a cabo medidas democráticas burguesas que, si bien no salen del marco del capitalismo, no obstante son ejecutadas "en una forma favorable al campesino y al obrero" y no al "gran capitalista, al magnate financiero y al gran terrateniente <<ilustrado>>" (Lenin, Ibíd.).

La hegemonía del proletariado en la revolución democrática burguesa y la realización de la dictadura democrática revolucionaria del proletariado y el campesinado son el presupuesto necesario para la transición a la revolución socialista; la transformación de la revolución democráctica burguesa en una revolución socialista. "La victoria plena de la revolución actual [es decir, democrática burgesa -ed.] -escribió Lenin- será el fin del cambio democrático y el comienzo de la lucha por el cambio socialista" (Ibíd.). "De la revolución democrática comenzaremos inmediatamente a transitar, según nuestra fuerza, según la fuerza del proletariado consciente y organizado, comenzaremos enseguida a transitar hacia la revolución socialista" (Lenin [3]).

Por lo tanto, la doctrina de Lenin sobre el papel dirigente del proletariado en la revolución democrática burguesa está indisolublemente ligada a la doctrina de la transformación de la revolución demoráctica burguesa a la revolución socialista.


[*] Texto publicado originalmente en checo en la revista Tvorba el 9 de noviembre de 1949. Núm. 45, pág. 1078. La traducción al castellano, provisional, es de Gerard Marín Plana.

[1] Prefacio a la 2ª edición de La guerra de los campesinos en Alemania, 1870.

[2] Cita perteneciente a la conferencia de 1917 recogida en como Informe sobre la Revolución de 1905.

[3] Cita perteneciente a La actitud de la socialdemocracia ante el problema campesino, 1905.